COPLILLAS A UN TIMADOR


Ladrón, que quieres timarme,
¡márchate con viento fresco!
Porque al hijo de mi madre
no se la das tú con queso.

Por el hecho de ser joven
te piensas que eres más listo,
pero aquél que a mí me robe
tendrá que andarse muy vivo.

Pues si ni un pelo de tonto
piensas que tienes, yo canas
peino ya de no hace poco.
E, incluso, hasta en la misma calva.

Vete a engañar a tu padre,
si sabes dónde se encuentra;
raro será que lo halles,
ni tu madre lo recuerda.

¡Malditos los timadores
que al pobre roban y esquilman!
Con recia vara de roble
les medía las costillas.



Francisco Escobar Bravo
13 de septiembre de 2007

VOLVER