CALLADA ESTÁ MI PLUMA


Callada está mi pluma. Está en silencio.
Ha sido prescripción facultativa
impuesta por mí mismo, en el deseo
de hacer que mi conciencia esté tranquila.

Por fuera semejando estar contento…
Si digo que no sufro, mentiría.
Mas pongo ante la gente alegre gesto;
las penas para mí, porque son mías.

Y así sigo en la brega, subsistiendo.
Igual que los payasos que, aunque rían,
su triste procesión llevan por dentro
teniendo que fingir. Así es la vida.


Francisco Escobar Bravo
18 de agosto de 2007

VOLVER