LA ODONTÓLOGA BELLA


Con esos ojazos negros,
veinte menos que tuviera,
te diría yo dos cosas
atinadas y sinceras.

Que eres más chula y castiza
que La Cibeles, morena;
y que estás, como la Virgen
de la Paloma, bien hecha.

Y por más añadidura,
que aunque me saques las muelas
con placer iré yo a verte.
¡Si me duele, que me duela!

Pues por mucho que me apene
me alegra mirarte cerca,
que se me pasan los males
viendo tu risa tan fresca.

¿Qué más quieres que te diga?
Se acabaron las ideas.
Mas pienso haber dicho todo
menos tu nombre, que es Bea.

Quizás mejor no decirlo,
mas me gusta cómo suena.
¡Lástima de veinte años!
¡Mala es mi suerte y muy negra!


Francisco Escobar Bravo
9 de agosto de 2007

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