NO ES...

 


No es tu mano quien me toca,
ni la brisa un suave roce
cuando débil la tarde se acerca a su muerte
escoltada por miles de grillos haciendo sonar
sus violines.

No es tu otoño ni el mío;
es simplemente un otoño,
que arranca su abrigo a los árboles
y a las flores el corazón llena de escarcha.

Ya no ve, no siente, reptil inmóvil,
el río se duerme bajo un manto de frío,
olvido de promesas, corazón sin latido.

¡Ya no hay versos en las manos,
ya no hay besos, ya no hay rosas!



Carmen

2-Noviembre-2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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