EL OLVIDO

 

 

 

 

 

 

Muerdo el lamento en ventisca furiosa,
con decepción que me corre sumiso
en la sonrisa del tiempo indeciso,
que desvanece fiel verso en mi glosa.

Lerda transcurre la calma rabiosa,
que por minutos me viste de occiso,
por si el instante tropieza preciso,
con el olvido que mata mi prosa.

Quien escribiendo lo tuvo presente,
en lo mejor de saberse inspirado,
fue tan cortante que hirió nuestra mente,
cuando implacable trucó lo buscado.

Quien con olvido dejo como ausente
letras que hubieras al mundo entregado.




4-Junio-2007




Juan José

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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