NO TE ENVIARÉ MÁS ROSAS

 



Pues te aseguro preciosa
que siento tu decisión
y llegada la ocasión
he de decirte una cosa.
Tenía guardada una rosa
tan roja era, tan suave
como las plumas del ave,
aquella que en el Paraíso
el mismo Dios siempre quiso
y de amor fuera la clave.

Tu no la quieres?... lo siento,
porque había puesto en ella
para ti, siendo tan bella,
lo mejor del sentimiento.
Me voy sin más aspaviento
llorando mi soledad,
nunca veré con maldad
la decisión que tomaste
y aunque a mi me destrozaste
siempre serás mi verdad.



Joaquín Pérez de la Blanca y Vida.
2-junio-2008.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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