EN LA SOMBRA

 

 

 

Cubierto por el manto de la noche,
sin luz que antaño claro iluminaba
tu dulce encanto, sin ningún reproche,
hoy es engaño turbio que se traba

con el espanto en díscolo fantoche,
dando feroz amaño que llevaba
al alma vil quebranto, por derroche
inútil del apaño que me helaba

la sangre de las venas, y llagado
el corazón de tanta inmerecida
pena, por algo que no te he legado.

En ese drama estoy desarraigado
víctima de macabra y bien urdida
trama, difunto en vida y sojuzgado.

Carlos
9 de octubre de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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