QUE VIVA ESTÁ...

 

 

Que viva está la muerte, retenida,
sin prisa espera el soplo del momento
que nos conduzca sin ningún lamento,
a la forzosa nada tan temida.

Es tan seguro el éxito que anida,
al darnos esta senda de tormento,
con poco gozo y mucho sufrimiento,
que cede la ventaja de una vida.

De pronto nos presenta su factura
para pagarla sin ningún perdón.
Con rapidez afirma su captura.

Así termina nuestra compostura,
ya pobre o de linaje galardón,
la eterna paz da fin a la tortura.

Nos da la misma altura
no vale nada allí, con o sin don
somos iguales en la sepultura.

20 de mayo de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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