LAS MUSAS

 

 


Intento unir las musas de mi mente
dispersas cual Parnaso equivocado,
con su Febo presidido y ofuscado
me impide dar, parir algo fulgente.

Por más que estruje mi seso eferente
no consigo alumbrar no sin denuedo
este mi anhelo de avidez deseado
aunque Delfos esté siempre presente.

Cuánto me apeno con esta abstinencia
de inspiración, el pasmo turulato
frena sutilizar triste carencia.

Este obstinado afán no estará exento
de perseguir, luchar con impaciencia
hasta alcanzar moldear ansiado intento.


26 de mayo de 2006.

Carlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER