EL PRESIDENTE

 

 


De masacre asesina y criminal
irrumpió este presidente azaroso
cual fruto de dañina bacanal.

De sonrisa y talante primoroso,
emergió este paladín engreído,
petulante, lesivo y rencoroso.

Quijote de luces iluminado,
de nebuloso parlamentarismo
viene este cid de quimeras colmado.

Convencido de su ilusionismo
y pérfidos proyectos trasnochados
arrojarnos quiere al negro abismo.

Sólo defiende a los encapuchados
y conseguir la paz a cualquier precio.
¡Para su fantasía quiere entorchados!

No le importa abjurar por este “pecio”
ni tampoco agitar pasado triste,
ojalá sólo halle olvido y desprecio.

En su inquina malévola persiste
con sus aliados independentistas,
llevar a la quiebra de España insiste.

Consecuencias fatales y nefastas
pueden devenir de esta felonía,
creando situaciones infaustas.

Impávidos en esta alevosía
asistimos impotentes al caos,
como si tal brindis de malvasía.

Diabólicos y demoníacos saraos
parar debemos, no sin esfuerzo arduo,
o veremos los derechos “esquilmaos”.

Sumido en sentir vacuo y melifluo
cual Nerón despótico ante su lira,
se nos presenta este ser superfluo.

Cual ilusorio de estilo ghandiano
se mostró imitando lucha pasiva,
volvióse vengador republicano
con su loca política abusiva.


Martes, 21 de abril de 2006.

Carlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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