Fue ayer, tres ramos vi en el puerto, flores
en tres decenas que eran la treintena,
las velas de tu barco de valores,
formando así el velamen en tu entena.
Y cuando navegabas en olores,
un rayo ruin cortó la fuerte antena,
el corazón quebróse en mil dolores,
la vida fue a eterna cuarentena.
Nunca probaste ni alcohol, ni el humo,
ibas con el deporte por bandera,
¿pero te dio salud tan verdadera?
Con juventud y sin aquel consumo,
algo tenías dentro, lo presumo.
¡Oculto estaba con cruel tapadera!
Carlos
3 de mayo de 2008