LA NIÑA DEL MEDALLÓN

 


Por los caminos andando
una pequeña niña va.
Está buscando un caballero.
No deja de preguntar
a quien la pueda ayudar,
quiere saber dónde está.

Busca, que lo has de encontrar
porque hoy el cielo está azul.

En lo alto hay un cura
hablando de amor y caridad,
a los campesinos del pueblo
que dejan de trabajar,
para poderle escuchar

Hola, padre estoy buscando,
padre, ¿usted me puede ayudar?

¿Qué es lo que quieres, niña?
Dilo ya y déjame en paz
¿Acaso quieres un trozo de pan?
Toma lo que quieras y vete ya.

Busca, que lo has de encontrar
porque hoy el cielo está azul.

Ha encontrado una anciana
se diría no tiene edad,
acompañada de un cuervo;
se ha ofrecido colaborar.

Cuéntame, niña del monte,
cuenta y hazlo ya.
¿A quién estás buscando?
¿Cómo te puedo ayudar?

Da confianza a la niña,
ésta se empieza alegrar,
siente la ayuda generosa
se anima y empieza a contar:

Hubo una vez un caballero
recio y de armadura brillar.
Valiente, el único del lugar.
Fue llamado a las cruzadas
para la gloria alcanzar.

Se despide de una mujer
diciendo que volverá.
Lleva un medallón al cuello
que parte por la mitad,
a la mujer un trozo da.
Guárdalo, pues he de volver
cuando el cielo esté azul.

Toma el medallón la mujer.
Que gallardo y noble estás,
espero pues has de volver
con la gloria tu espada brillar,
porque hoy el cielo está azul.

Doce años pasaron ya
y la mujer ya no está.
Me ha entregado el medallón
para que lo fuera buscar.

Al más gallardo, noble y fuerte,
el sol su armadura hará brillar.
Al cuello, un trozo de medallón
que lleva mi corazón.

Ante estas palabras asiente
y la promete ayudar.
Tú serás mi báculo y apoyo,
yo quien te alimentará,
darás alegría a mis días
y yo te ayudaré a buscar.

Busca, que lo has de encontrar
porque hoy el cielo está azul.

Siguen los días, los meses,
un año ha pasado ya.
Han llegado junto al monte
cuando la lluvia cayendo está.
En que hubo que celebrar
una sangrienta batalla,
que pocos restos han de quedar,
tan solo unas cuantas tumbas
de desconocidos total.
Hay unas pocas de ellas
con la espada como señal
Una de ellas un medallón colgar
que la lluvia mojando está.

Se acerca la niña a ella
tomando de la espada el medallón,
para unirlo junto al suyo
como uniendo el corazón.
La lluvia limpia sus lágrimas,
hoy el cielo ya no es azul
Unas palabras a decir alcanza:
¡Lo siento mucho, papá!

Al-campoamor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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